"Gracias a todos esos amigos que siempre me piden opinión sobre los viajes que van a realizar, ellos me dieron la idea de hacer este blog.
En especial a mi amigo Jesús que me dio el empuje necesario para ponerlo en marcha. Y por supuesto a todos los que me leéis.
Un beso para todos vosotros. "

Polonia


Agosto - Septiembre 2.017


Datos útiles:


Moneda: 


Aquí, aún no se ha implantado el euro, por lo que su moneda oficia es el zloti, el cambio está a 1€ unos 4 a 4,25zl. Hay monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos, y de 1, 2 y 5 zl. Billetes, hemos visto de 10, 20, 50 y 100zl. 

Conducción: 


- El carné de conducir español sirve para conducir en Polonia. 
- Las autovías tienen límite de 130km/hora, aunque hay que tener en cuenta que los polacos conducen muy por encima de este límite de velocidad. 
- Los peajes, como en España, se pueden pagar a la salida de este. 
- El parking hay que pagarlo en casi todos los sitios. A partir de las 18 horas es gratis, hasta las 10 del día siguiente. Los fines de semana también es gratis. En cada sitio cobran diferente. 
- En general las carreteras de norte están en mejor condiciones que las del sur, también es verdad, que había muchas obras, por lo que quizás cuando vayáis están en mejor estado. 
- Aquí una autovía de repente puede tener semáforos, o incorporaciones para acceder a ellas sin carril de aceleración, sales directamente como si de una calle se tratara, también es habitual cruzarlas para incorporarte al sentido contrario. 

Comida:


Los restaurantes, en general, son bastante económicos, creo que lo máximo que pagamos por dos personas fueron unos 25€. 
Lo más típico son pierogi, unas empanadillas cocidas. De carne suelen tener cerdo, cordero y pollo, la ternera no es tan habitual. De pescado, hay mucho salmón y bacalao. El vino no está muy allá, y la cerveza es bastante buena. 

Baños: 


Hay que pagar para acceder a ellos, la media es un 2 zl por persona, algo menos de 0,50€. En las gasolineras y los restaurantes es gratis.

Sábado 26 de agosto


Volamos a Varsovia con la compañía aérea LOT, que ofrece vuelos directos desde Madrid. 
En la terminal seguimos las indicaciones hasta llegar a la zona de alquiler de coches, donde nos esperaba el Focus que habíamos reservado, coche con maletero suficiente para guardar nuestras maletas. 

La reserva la realizamos en rentalcars.com, con la compañía Hertz. Lo cogimos a todo riesgo con el seguro de la página, lo que implica que si ocurre algo, nosotras pagamos y luego rentalcars.com nos devuelve el importe. También se puede contratar el seguro a la llegada con la compañía, lo que implica que tú no tengas que hacer de intermediario. Creo que así es más caro. 

Ya en marcha con el google maps, llegamos al hotel, aunque la señal gps se perdía de forma constante, lo que nos hizo despistarnos en un par de ocasiones. 

El hotel reservado fue Hotel Harenda, un dos estrellas que está muy bien situado, es limpio y la habitación no está mal, aunque el baño es bastante pequeño. El mayor fallo es que no tiene ascensor por lo que tienes que cargar con la maleta por las escaleras. 

Después de dejar las cosas, nos fuimos al centro a dar una vuelta y cenar algo. Fuimos paseando por la calle Krakowskie Przedmiescie que lleva directo al casco antiguo, la plaza del castillo. Por allí callejeamos viendo la catedral, la plaza vieja del mercado, Barbacana y demás. 


Nos habían recomendado cenar en Zapiecek, una cadena de restaurantes polaca donde hay de todo tipo de pierogis, comida típica polaca, que son dumplings, empanadillas, la mayoría cocidas, aunque también las hay fritas. Nosotras elegimos de varios sabores y probamos las típicas salchichas alemanas con cebolla caramelizada, también se pueden pedir con chucrut.

Domingo 27 de agosto 


Nos levantamos y desayunamos en una cafetería, Costa Café, también una cadena, donde puedes tomar enormes tazones de café con leche o chocolate caliente, acompañado por una porción de tartas espectaculares, muffins, galletas, etc. 

Nos acercamos al Palacio de cultura y ciencia, un rascacielos imponente, que no se ve ensombrecido por los rascacielos más modernos que lo rodean, sigue siendo el más alto de la ciudad. Construido en los cincuenta, fue un regalo de Unión Soviética, que lo edificó en la posguerra en un acto de desmesura y derroche. Por este motivo los ciudadanos no lo tienen en gran estima. Tras la época del comunismo pensaron en derribarlo, pero no lo hicieron por el gran gasto que conllevaba. 


Callejeamos un poco por la zona hasta encontrar una sinagoga, reconstruida después de la guerra, aunque no está en muy buen estado. 

Atravesamos un parque hasta llegar a la tumba del soldado desconocido donde se estaba celebrando un evento, con desfile incluido. 


Continuamos hacia el casco antiguo pasando por el impresionante monumento del levantamiento de Varsovia, dos esculturas de bronce. Una representa a los rebeldes emergiendo de las ruinas, y la otra, tras la derrota, huyen por las alcantarillas. A la derecha del monumento se encuentra la Catedral del Ejército Polaco en conmemoración de los soldados que cayeron. A la entrada hay un ancla y una hélice, para incluir en el homenaje a marineros y aviadores. Detrás del monumento del levantamiento se encuentra el Palacio de Justicia, con columnas en tono verde oxidado y cristaleras. Enfrente, el Palacio Raczynski que en la actualidad alberga el Archivo Nacional. 





Volvemos paseando al casco antiguo. Visitamos la plaza de la ciudad vieja, una plaza rectangular con casas de colores medievales, donde antiguamente vivían los comerciantes. En la actualidad es un lugar lleno de terrazas y restaurantes. En el centro se encuentra la estatua de la sirena, símbolo de la ciudad. 


En la plaza del castillo se encuentra una impresionante columna y en la cima una estatua de Segismundo III Wasa. Fue recuperada tras los escombros, pero la columna tuvo que ser reconstruida, al lado del castillo se puede ver la columna antigua en la que se muestran los agujeros de las balas. 



La Barbacana es un bastión defensivo de estilo gótico, situado sobre el foso y las murallas que defendían la ciudad. Rodeando la muralla te topas con la estatua del Pequeño Insurrecto, que conmemora la participación de los niños en el levantamiento del 44. 



Comimos por el centro en una terraza que nos encontramos. 

Nuestra siguiente visita fue al parque Lazienki. Desde el centro puedes coger dos autobuses que te llevan directos, el 116 y el 180. Al lado de la parada hay una máquina donde obtener los tickets, nosotras pagamos por 2 tickets de 20 minutos de duración 6.80 zl, como euro y medio. Si no hay, puedes sacar los tickets dentro del bus en otra máquina. Al subir lo picas y empieza a contar el tiempo. 

En el parque, en verano, al lado de la estatua de Chopin dan conciertos de piano gratuitos, nosotras llegamos y había actuación, así que nos sentamos un rato a escuchar. Había gran cantidad de gente a nuestro alrededor escuchando a la pianista. Después dimos una vuelta para ver el parque, puesto que hay un palacio en medio de un lago. También está el Belvedere un edificio que han reconvertido en un espectacular restaurante. 



Volvimos a coger el bus, pero esta vez paramos en la plaza de las tres cruces, donde se encuentra la iglesia de San Alejandro. 

Continuamos hacia el hotel por la calle Nowy, una calle llena de tiendas, terrazas, bares y restaurantes. 

Recogimos el coche y nos pusimos en dirección Gdansk. No pudimos visitar el palacio Wilanow, no nos dio tiempo. Los autobuses antes indicados terminan en ese punto. 

Ya en carretera fuimos por peajes puesto que el navegador marcaba una diferencia de tiempo considerable, cuarenta minutos. La carretera está fenomenal, su límite de velocidad es de 130 km/hora. El primer peaje con el que nos hemos encontrado está en construcción por lo que parece que nos va a salir gratis J. Pero nos estamos dando cuenta que también las gasolineras son escasas L

En Polonia se puede conducir con el carné de España. Obligan a llevar las luces puestas todo el día. Y por lo demás no hay diferencia. 

Nos alojamos en el Hotel Sadova, un cuatro estrellas muy bien situado y que está bastante bien.

Lunes 28 de agosto


Hoy hemos estado visitando la ciudad de Gdansk. Nos reservamos un par de días en esta ciudad para poder disfrutar además de sus playas, pero el tiempo no acompaña, por lo que nos hemos dedicado a hacer turismo por esta preciosa ciudad. 

Hemos paseado por La Plaza del Mercado donde antiguamente se disponía el mercado y que hoy es el corazón de la ciudad. Aquí se encuentra el Ayuntamiento con su preciosa torre, delante está la fuente de Neptuno. Observar los impresionantes edificios de alrededor, todos son dignos de ver. A continuación aparece El Camino Real que termina el la Puerta Alta. 


Ahí nos dirigimos hacia la derecha donde nos encontramos con un impresionante edificio La estación de tren. Frente a esta se encuentra la ciudad vieja, donde se pueden ver varias iglesias. Por ejemplo, la de San Catalina que sufrió un incendio en el 2006. Al lado se encuentran los molinos, el pequeño y el grande. Este último tiene un enorme tejado a dos aguas con ventanas abuhardilladas. Detrás, la estatua del astrónomo Jan Heweliusz y el Ayuntamiento de la ciudad vieja. 





Continuamos hacia el mercado municipal que es un mercado como cualquier otro, sin nada remarcable en su interior. Y al lado, la Iglesia de San Nicolás cuyo interior es digno de ver, comparada con el resto, esta tiene abundante decoración. 

Nos acercamos a la Basílica de Santa María, en cuyo interior se encuentra el reloj astronómico, que a medio día muestra el desfile de varias figuras. Para acceder a su interior hay que pagar una pequeña cantidad de dinero. 

Detrás de la catedral, la calle de Mariacka es un bonito lugar, donde las casas están convertidas en tiendas y a diferencia del resto de calles, hay una pequeña escalinata para entrar a cada una de ellas. 


Paseamos por la orilla del río donde se encuentra la puerta de la Grúa, una estructura de madera con dos torres de ladrillo a ambos lados. En su interior se pueden ver dos grandes ruedas que utilizaban los obreros para cargar descargar los barcos que atracaban en el muelle. 


Comimos en un restaurante que nos habían recomendado, muy cerca de esta puerta, El Goldwasser, donde nos decantamos por los platos, que nos recomendó la camarera, tradicionales del lugar y una cerveza local. Para terminar pedimos una copita de un licor que hacen ellos mismos y que contiene oro. 


Cruzamos al otro lado del río para pasear por la isla de los Graneros. Al ser un lugar comercial, llegó a contar con 300 almacenes y graneros. 


Después de este recorrido decidimos regresar al hotel a darnos un masaje, la espalda me estaba matando, si es que ya no tengo edad J. Tras el masaje, como no habíamos podido disfrutar de un baño en la playa nos conformamos con un baño en la piscina cubierta del spa del hotel. 

Tras este merecido descanso volvimos al centro a disfrutar del ambiente nocturno, pero hay que reconocer que con la cantidad de gente que nos habíamos encontrado durante el día, por la noche el lugar estaba bastante apagado. 





Revisamos en internet un lugar donde cenar y acabamos en Grass, un restaurante en una esquina, al lado de la Iglesia de San Nicolás. Donde disfrutamos de una agradable cena acompañadas por música en directo, una joven con una bonita voz amenizándonos la velada. 

Como hacía bastante frío, decidimos regresar al hotel e irnos a dormir.

Martes 29 de agosto 


Esta mañana hemos ido en primer lugar a Oliwa barrio a las afueras de la ciudad de Gdansk. Allí visitamos la catedral de Oliwa, antigua abadía. En ella puedes disfrutar de su impresionante órgano. Nosotras lo escuchamos al llegar, y como después dimos una vuelta por los jardines, pudimos disfrutar su sonido de nuevo, antes de marcharnos. Fijaros en los ángeles que mueven sus trompetas al son de la música.

A continuación fuimos a Sopot, un pueblo de veraneantes. Allí hay una enorme playa de arena fina, aunque el agua está un poco sucia debido a las algas. No nos metimos debido al frío. Paseamos por el embarcadero de madera, la entrada cuesta 8zl. Es el más largo de Europa con más de 500m de longitud. Anduvimos por sus calles llenas de turistas, tiendas y restaurantes. Comimos en un chiringuito de playa disfrutando del mar. 



Nos acercamos al puerto de Gdansk, pero al ver que no era gran cosa, regresamos al hotel, con el consecuente atasco, suponemos que la gente salía del trabajo de vuelta a casa. 

Ya en el hotel, nos bajamos a la piscina, y como eramos las únicas cuando llegó la profesora de aquagym nos dio una clase muy entretenida y divertida. Aunque he disfrutado de variedad de clases en el gimnasio, he de reconocer que ha sido mi primera clase de aerobic en el agua J

Después de esta tarde de “relax” nos acercamos al centro a dar una vuelta y despedirnos de la ciudad. 


Aprovechad en Gdansk y Sopot si queréis comprar souvenirs de ámbar. Los hay por todas partes y, según nos dicen, es el mejor lugar para hacerse con ellos. 

Por todas partes, se ven helados de cucuruchos muy largos, deben de ser típicos del país. Y también gofres rellenos, exquisitos.

Miércoles 30 de agosto 


Hoy abandonamos Gdansk y hacemos nuestra primera parada en el castillo de Malbork, fortaleza teutónica. Acceder a él con una audio guía nos ha costado 39.5zl, algo menos de 10€, cada una. Como íbamos escuchando lo que nos decía, hemos estado en su interior más de tres horas. Empiezas viendo algunas salas que son en plan museo, para después pasar a las dependencias que utilizaban los caballeros de la orden teutónica y el gran maestre. 

Es el castillo de ladrillo más grande del mundo, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Rodeado de potentes murallas con torreones y puertas, fue la antigua sede de la Orden de los Caballeros Teutónicos. Su palacio del Gran Maestre representa la culminación del gótico tardío, mientras que su refectorio de verano destaca por su belleza. 

Al irnos nos cobraron en el parking del castillo 30zl. 


Continuamos camino a Torun. Paramos en una zona de descanso a comer los riquísimos sándwiches que nos hemos hecho esta mañana. 

Si vais por peaje, en las gasolineras es habitual encontrar KFC, McDonald’s y Burger, predominando los KFC. 

En Torun, visitamos la plaza nueva y la del mercado. Entre ambas se encuentra lo más significativo de la ciudad. Iglesias, Ayuntamiento, delante de este la estatua de Copernico, detrás se encuentra la estatua del violinista, que según cuenta la leyenda, hubo una plaga de ranas, y el rey ofreció casar a su hija a quien las echara de la ciudad, por lo que llegó un violinista que se ocupó de ello. Como veis es similar a la historia del flautista de Hamelin. Vimos la catedral, pasamos por la casa de Copérnico, los graneros que hay callejeando, y el castillo con las murallas que rodean el casco antiguo. 

La guía recomienda comprar las galletas de jengibre y probar los dulces de Lenkiewicz. En la plaza del mercado, a la derecha de la estatua de Copérnico, encontramos un pasadizo que nos lleva a un patio interior, donde nos damos de bruces con un Lenkiewicz, por lo que mi compi prueba una tarta de queso con chocolate caliente que no le defrauda.


Después de este corto descanso, nos ponemos en marcha hacia Poznam. 

Llegamos al hotel NH de Poznam, un cuatro estrellas muy bien situado, en el centro. Yo pensaba que los NH eran igual en todos los lugares, pero este me ha decepcionado un poco, la habitación no está mal, pero la de los NH de España es más amplia y mejor. El desayuno tampoco ha sido gran cosa comparado con el del anterior hotel.

Jueves 31 de agosto 


Nos hemos levantado y hemos ido a visitar la ciudad de Poznam. Comenzamos por el barrio imperial que se encuentra enfrente del hotel. El castillo imperial fue remodelado por Hitler, aunque nunca lo pisó. En la actualidad se ha convertido en el Centro Cultural Zamek. El jardín trasero tiene una réplica de la fuente de los Leones de la Alhambra de Granada. 

En un lateral del castillo se encuentra las dos cruces, monumento a los caídos en el levantamiento de 1956 contra el régimen. 




Continuamos por la Plaza Wolnosci donde se encuentra el museo Nacional, la Biblioteca y el Teatro Polaco. 

Llegamos a la plaza Rynek, rodeada por sus típicas casas de colores, que inicialmente eran de madera, pero debido a los incendios acabaron construyéndolas de ladrillo. Tras la segunda guerra mundial tuvieron que ser reconstruidas. En el centro se emplaza el Ayuntamiento. Al mediodía aparecen dos cabras mecánicas que chocan sus cuernos en doce ocasiones. Nosotras llegamos a menos diez, por lo que pudimos disfrutar del espectáculo. 

Cuenta la leyenda que al cocinero se le quemó el cordero que había preparado para su majestad, por lo que sus ayudantes robaron dos cabras, pero las cabras no se dejaron cocinar. Cuando llegó el rey, se encontró con tal revuelo, los cocineros persiguiendo a las cabras y una mujer llorando porque se las habían robado, que al final, devolvió las cabras, que son las que ahora aparecen en el reloj. 

Está La Picota donde se ajusticiaba a los condenados, varias fuentes como la de Apolo o la de Proserpina. En el número 50 de la plaza hay una casa con una placa en la que se indica hasta donde llegó el nivel de agua en las inundaciones de 1736, se calcula que por aquel entonces en nivel del suelo era un metro inferior. 





Al lado de la plaza se encuentra la Iglesia de San Estanislao Obispo, donde pudimos disfrutar unos minutos de un concierto de órgano y a una joven cantando. 

Para terminar nuestra visita de Poznam, fuimos a la Catedral. 

Cogimos el coche y nos dirigimos a Breslavia. En el camino hicimos una parada en una gasolinera para comer los bocadillos que nos habíamos preparado. Las gasolineras suelen tener una zona de descanso donde hay mesas y baños gratuitos. 

Ya en Breslavia comenzamos visitando la catedral, antes si quiera de ir al hotel, con sus dos torres góticas y su portada gótica renacentista. Paseamos por la calle que se abre delante de ella, en la que hay varios bares, hasta llegar al puente del final, lleno de candados como la mayoría de puentes que nos estamos encontrando en el país. 


Fuimos al hotel, Centrum Dikul Hotel, un tres estrellas situado en el centro de la ciudad. Es muy amplio, tanto sus pasillos como las habitaciones están adaptadas para minusválidos. El desayuno ha estado también muy bien. 

Nos dirigimos al centro donde se encuentra la Plaza de la Sal, que recuerda que esta población se encuentra en plena ruta de la sal. 

Al lado se localiza la plaza del mercado, donde está el Ayuntamiento. Es la segunda más grande de Polonia, después de la de Cracovia. 




También paseamos por la zona de la Universidad que cuenta con haber tenido entre sus estudiantes a trece premios Nobeles. 

La ciudad está llena de pequeñas estatuas de enanos de bronce. En el régimen se dedicaban a hacer pintadas en contra de este, que posteriormente eran tapadas con pintura. Por ello, los polacos empezaron a dejar enanos que representaban su aversión al régimen. Según nuestras guías existen más de 300, puesto que los comercios también los han puesto para atraer al turista. Nosotras vimos algunos.






Viernes 1 de septiembre

Nos dirigimos hacia el Monasterio de Jasna Góra, en Czestochowa, el mayor centro de peregrinación del país. El edificio, construido en el siglo XIII, exhibe la imagen de la Virgen Negra de Czestochowa, un icono de culto a la que se le han atribuido varios milagros. Esta imagen puede estar cubierta, cuando llegamos nos dijeron que la habían cubierto a las 12 horas y la descubrían a las 13:30, quedaban 10 minutos para ese momento, así que nos fuimos al interior de la iglesia a verlo. Allí, ya había una multitud congregada. El destape, para poder ver la imagen, es todo un espectáculo.

Si os fijáis en las imágenes, esta virgen muestra un par de arañazos en el rostro, por lo visto unos ladrones se los hicieron y así la han dejado.



La entrada al monasterio es gratuita, y puedes visitar las diferentes salas y museos. También puedes pasear por la muralla que hay alrededor, donde irás viendo estatuas representando la crucifixión. 

Comimos en un restaurante al lado del monasterio, un autoservicio, puesto que se nos hacía tarde. Es muy barato, pero la comida no es muy buena.


Continuamos hacia Cracovia, en dirección a Oswiecim, para visitar el campo de concentración de Auschwitz. Impresiona tanto por su enorme tamaño, como por los testimonios que todavía conserva de aquella parte de la historia mundial del siglo XX. Construido en 1940, fue el mayor centro de exterminio nazi. La visita no deja a nadie indiferente y casi con total seguridad, saldrás de aquí sin palabras. 

Sólo tuvimos tiempo de visitar Auschwitz 1, el que se construyó inicialmente. Como a posteriori se fue quedando pequeño construyeron 2 ampliaciones más. Estas deben de ser aún más duras, puesto que los barracones ya no eran de ladrillo, sino de madera y no tenían cimientos, directamente el suelo era la arena, que cuando llovía se convertía en un barrizal.

Nosotras llegamos a las 17:50 horas, puesto que al salir del Monasterio, todas las carreteras por las que nos enviaba el navegador estaban cortadas por obras. A esas horas, la entrada es gratuita. Cierran las taquillas a las 18 horas, pero el campo permanece abierto hasta las 19:30. En horario de verano, porque en invierno, cierra antes. El parking sí tuvimos que pagarlo, nos cobraron 13zl.




Después de la visita, con una lluvia torrencial continuamos a Cracovia, donde nos alojamos en el Aparthotel Stare Miasto, un hotel pegado a la plaza del mercado con habitaciones grandes, y una pequeña cocina. El hotel ofrece aparcamiento, pero como llegamos en fin de semana, decidimos dejarlo fuera del centro, ya que no se cobra parquímetro.

Salimos a cenar a una terraza en la misma plaza del mercado, puesto que había dejado de llover, pero nada más servirnos la cena cayó el diluvio universal. Así que cenamos, debajo de una sombrilla mientras poco a poco iba calando. Cuando arreció, nos fuimos al hotel.


Sábado 2 de septiembre 


Hoy hemos dedicado todo el día a visitar Cracovia, una de las pocas ciudades que no fue destruida en la segunda guerra mundial. Los polacos tienen dos versiones, la primera es que no la destruyeron por motivos estratégicos, y la segunda porque los nazis la consideraron de tal belleza que no quisieron destruirla. Yo voto por la primera opción.

Cuando llegamos a la plaza del mercado para comenzar la visita turística, nos encontramos con un Free Tour con guía español. Nosotras habíamos pensado hacerlo a las 2 de la tarde, pero al encontrarlo y, como acababan de empezar, decidimos unirnos a ellos. 

Los Free Tour son visitas gratuitas con guía que ofrecen muchas ciudades europeas. Duran aproximadamente dos horas y te cuentan bastantes cosas sobre historia y los monumentos de la ciudad. Es una buena primera toma de contacto del lugar. Luego pagas una propina al guía en agradecimiento.

El punto neurálgico de Cracovia es la Plaza del Mercado, una de las plazas más grandes de Europa, con la Basílica de Santa María. Aquí no se puede pasar, solo echar un vistazo desde la puerta, puesto que es un lugar al que solo se puede acceder a oír misa y a rezar. Cada hora, desde la torre más alta, un hombre toca la trompeta desde las cuatro ventanas. Se comenzó haciendo para avisar de ataques y ahora es una tradición. Según nos contaron, este trabajo lo realizan bomberos a punto de jubilarse.



La Lonja de los Paños, en la misma plaza del Mercado, es un lugar ideal para ir a comprar algún recuerdo de la ciudad. 

Visitamos el barrio de la Universidad, donde en el Colegio Mayor, hemos podido ver las salas de forma gratuita, puesto que los sábados la entrada es libre. En el patio hay un reloj cuyo carrillón tiene unas figuras que representan personajes de la universidad y que suena a las 9, 11, 13, 15 y 17 horas, aunque nosotras no hemos llegado en hora, por lo que no lo hemos visto. Los nazis se llevaron a los profesores de esta universidad engañados, pensaban que iban a tratar la gestión de la universidad en tiempos de guerra, pero lo que hicieron fue llevarlos a un campo de concentración. Aunque fueron liberados meses más tarde, muchos de ellos murieron por las condiciones en las que se encontraban al salir de allí.


Fuimos hasta la Barbacana, la parte mejor conservada de las antiguas fortificaciones de la ciudad. 


A continuación, llegamos a la colina de Wawel con el monumental castillo de Wawel, todo un símbolo del país, y la Catedral justo al lado. La entrada a la catedral es gratuita, pero para acceder a algunos lugares como la cripta hay que sacar entrada, la cual se compra en un edificio frente a ella.  


Bajamos a ver el dragón, símbolo de la ciudad. Las tiendas de souvenirs están repletas de dragones de todos los materiales y modelos posibles. La estatua, que se encuentra situada debajo de la catedral y del castillo, echa fuego por la boca cada cinco minutos. Según cuenta la leyenda, cuando el Rey llegó y decidió construirse un castillo en la colina por lo bonito del lugar, no se dio cuenta que debajo de esta había una cueva en la que vivía un dragón. Este se comía los rebaños y a las jóvenes doncellas, por lo que el rey ofreció la mano de su hija a quien se encargara de acabar con el animal. A un zapatero de la población se le ocurrió empapar de azufre a algunas ovejas que el dragón ingirió, produciéndole quemazón en el estómago, así que se acercó al río a beber, y acabó explotando.


Continuamos visitando el barrio judío, el que fuera uno de los guetos más importantes de Polonia, y del que sobrevivió el pequeño Roman Polanski. Aquí se rodaron varias escenas de la conocida película de Spilberg, La lista de Schindler

En la plaza nueva había varios puestos de comida en los que venden zapiekanki, una media baguette que se acompaña de los ingredientes que elijas, así que nos hemos sentado a comer uno de ellos.

  
Hemos continuado callejeando por el barrio, viendo sus sinagogas, callejuelas y cementerios.

Después de la visita al barrio judío, hemos vuelto al centro, donde hemos visitado la bonita iglesia de San Pedro y San Pablo, además de la de San Andrés, que está pegada a la anterior, una de las más antiguas del país, del siglo XII.


Hoy hemos parado a comer un gofre. Si os fijáis están por todas partes, así que no hemos podido evitar la tentación. No son como los de España, estos no son tan dulces, y eso que van acompañados por multitud de ingredientes a elegir.


  
Hemos seguido callejeando por el centro, hasta que hemos decidido irnos al hotel, porque mañana nos toca madrugar. Pero antes hemos parado a cenar. Con el frío que hemos pasado, nada mejor que una sopita caliente. Probamos Zurek, una sopa que se prepara con una harina especial de centeno, a la que se le echan salchichas (kielbasa) y huevos, todo ello dentro de un pan de centeno, que si eres capaz, también puedes comerte.


Domingo 3 de septiembre

Antes de irnos a nuestra siguiente parada en el recorrido planeado, nos hemos acercado a visitar la fábrica de Schindler. Supongo que teníamos curiosidad tras haber visto la película.


Tras esa pequeña parada, nos hemos dirigido a las Minas de Sal de Wieliczka, a unos 15 km de Cravocia, también conocidas como la “catedral subterránea de la sal de Polonia”, un auténtico tesoro subterráneo que alberga una pequeña ciudad esculpida en sal. Están consideradas como uno de los 12 monumentos histórico-artísticos más valiosos del mundo. Las minas están a casi 330 metros de profundidad y tienen más de 300 km de galerías, aunque lo más impresionante de ellas es, sin duda alguna, la gran Capilla de St. Kinga, una capilla que parece una catedral. 

La entrada cuesta 79 u 89zl, y para hacer fotos hay que pagar 10 más. Las visitas en español eran a las 11:20 y a las 16:40, nosotras habiendo llegado a las 11:10 no nos ha dado tiempo a comprar los tickets para ir con el grupo español, por lo que hemos entrado con un grupo inglés a las 11:30. Podéis reservar entrada por Internet, y así evitaros la cola, cosa que nosotras no hicimos. 

La visita es guiada y dura aproximadamente tres horas. En sí, no vamos a encontrar una mina de sal como las que hayamos podido ver antes, con grandes lagos, estalactitas y mucha sal en las paredes. En esta también hay de eso, pero menos. Lo realmente impresionantes son las capillas con las que te encuentras, inmensas salas que te dejan boquiabierto. También hay varias estatuas construidas con bloques de sal como la de Copérnico. Se puede ver cómo funcionaba la mina en diferentes salas con reconstrucciones. 



Continuamos camino hacia Tarnów, para hacer la Ruta de las Iglesias de Madera, aunque no nos dio tiempo a visitar todos los pueblos que teníamos previstos: Tarnów - Chronów - Iwkowa - Sobolów - Rajbrot – Zawada. Sólo visitamos: Tarnów, Chronów y Sobolów. 

Tarnów, capital de la región, es conocida como la “Perla del Renacimiento” por su bonito casco antiguo con el ayuntamiento gótico y renacentista y Catedral del s. XV. Aquí pudimos disfrutar de dos bonitas iglesias de madera. En Chronów, si la había, nosotras no la encontramos, pero en Sobolów, había otra bonita y enorme iglesia de madera. Al ir por carreteras secundarias pudimos disfrutar de la arquitectura de los pueblos. 



Lunes 4 de septiembre 

Salimos de Cracovia dirección Zakopane.  En el camino hemos hecho un par de paradas. 

La primera fue en el Santuario de la Divina Misericordia donde se encuentra la imagen de Jesús Misericordioso. En este monasterio del siglo XIX vivió la mayor parte de su vida sor Faustina Kowalska, quien fue canonizada. En el 2002 se realizó un nuevo santuario, debido a la afluencia de público, con una arquitectura que recuerda a un barco y con una torre de 77m de altura. Delante de esta torre, hay una estatua de Juan Pablo II de 5m de altura. 



La segunda parada fue en la abadía Benedictina. Solo se puede visitar la iglesia. Fue el primer monasterio que levantaron los benedictinos en el siglo XI, de origen románico. Ha sido reconstruido y destruido en varias ocasiones, ahora es de estilo barroco. 

Si no tenéis tiempo para visitarlos, tampoco os perdéis gran cosa. 



Llegamos a Zakopane a eso de las 3 de la tarde, por lo que nuestra primera parada fue a comer. Lo hicimos en un bonito restaurante, Mala Szwajcaria, (www.malaszwajcaria.pl), donde la comida está muy rica, aunque es muy contundente. Un sitio a tener en cuenta tras una buena caminata J. 


Nos hemos instalado en el hotel, esta vez hemos reservado en el Hotel Rysy, un cinco estrellas cercano a la calle principal de Zakopane. Como está diluviando, hemos pedido hora en el spa, que consta de jacuzzi y sauna. Nos hemos pasado un rato relajadas, hasta que se nos ha hecho la hora de cenar, momento en el que hemos ido a la calle principal. Allí apenas ya había movimiento. Hay muchos restaurantes y tiendas, sobre todo de material de montaña a muy buen precio, por lo que hemos podido ver en los escaparates, puesto que las tiendas estaban cerradas. 

Martes 5 de septiembre 


Al salir de Zakopane para realizar nuestra excursión del día, hemos parado en una iglesia de madera muy bonita, que el día anterior vimos al entrar en el pueblo.  


Hemos reorganizado un poco la ruta que teníamos pensada inicialmente, el tiempo no acompaña, no para de llover. Así que nos hemos ido a Eslovaquia a visitar algunas localidades recomendadas. 

Hemos pasado por Zdiar, que lo recomendaban como un pueblo típico, lo hemos atravesado en coche, puesto que nada nos ha llamado la atención. Continuamos al castillo de Stara Lubovna, aunque no tenemos pensado entrar en su interior, puesto que más adelante vamos a visitar otro. Al llegar hemos dejado el coche en el parking, lo que nos ha costado 2€, aquí ya volvemos a nuestra moneda. Hemos subido a ver el castillo, también hay un museo con casas típicas de la zona, el museo cuesta 2€ y el castillo 5€, si compras la entrada conjunta son 6€. Como decía, nosotras sólo paseamos alrededor para echar un vistazo.


Continuamos hacia Bardejov, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene una bonita plaza, aunque después de las vistas, tampoco es tan impresionante. El centro está rodeado por murallas con algunos torreones. Cerca hay un importante centro balneario por las propiedades de sus aguas termales, es un buen lugar donde tomar un buen baño relajante. Nosotras no lo hicimos. Aquí hemos comido en el primer restaurante que nos hemos encontrado, al lado de la plaza, puesto que cómo no, sigue diluviando. Cuando hemos salido de comer, llovía menos, así que hemos podido hacer la visita sin mojarnos demasiado.


De camino a Presov, nuestra siguiente parada, hemos visitado en Hervatov una preciosa iglesia de madera con un interior impresionante. Nos han cobrado por verla 2€, pero merece la pena. Aunque la mujer nos ha comentado que no siempre está abierta, que ella la abre cuando se lo solicitan. Nosotras hemos llegado a la par que un grupo de turistas, así que no estoy segura si la hubiéramos encontrado abierta. Por hacer fotos cobran 3€.



En Presov hemos paseado por el bonito casco antiguo y disfrutando de su decoración floral, una de las características más famosas de la ciudad. En la plaza hay una bonita iglesia y a su lado una estatua de Juan Pablo II. En Polonia hay muchísimas estatuas de este Papa, evidentemente porque era polaco, pero en Eslovaquia nos ha sorprendido.


Regresando al hotel, el navegador nos lleva por una carretera de peaje, en ese momento se nos ocurre mirar en internet cómo se realiza el pago y vemos que hay que llevar una viñeta pegada en el cristal. Hemos leído que se pueden adquirir en gasolineras, así que en la primera con la que nos hemos encontrado, hemos parado, pero no tenían. Así que hemos salido de la autopista sin modo de pagar el peaje, suponemos que nos llegará una multa L. (Ahora que ha pasado el tiempo, os confirmo que nunca nos llegó)

Miércoles 6 de septiembre 


Como hoy también daban lluvias, nos hemos decantado por visitar Zakopane, aunque hay que reconocer que el tiempo nos ha respetado y no nos ha llovido. 

Hemos comenzado por la calle principal, Krupowki. Llena de restaurantes, tiendas de material de montaña y tiendas de diseñadores. Esta calle también tiene gran cantidad de puestos donde encontrar souvenirs, por lo que hemos aprovechado para comprar algunos regalos. Bajando hacia el funicular, nos hemos metido por un pasaje muy bonito con tiendas de diseñadores muy conocidos donde se pueden encontrar prendas de abrigo por unos 1000€ J


Al final de la calle puedes comprar tickets en una máquina para subir en el funicular. Nosotras hemos comprado uno de subida por 17zl, pensamos hacer la bajada andando, puesto que son solo 2,5km. Tras atravesar un subterráneo y seguir una calle llena de tenderetes, hemos continuado hasta llegar al funicular. Allí, hay cola para comprar los tickets. 

Hemos subido a Gubalowka, donde hay unas bonitas vistas del entorno y de Zakopane. También hemos visto, en el mismo sitio donde hemos comprado los tickets, que hay posibilidad de subir en teleférico a 6,5 km,  un punto bastante más alejado, pero como está totalmente nublado, pensamos que no vamos a poder disfrutar de las vistas de las montañas. 

En Gubalowka, hay restaurantes y más puestos de regalos. Nosotras paseamos por la zona. Descubrimos un teleférico que mola más que el funicular, por lo que al final nos decantamos en utilizarlo para bajar. Un viaje cuesta 12zl, e ida y vuelta 16zl, por lo que es más económico que el funicular.


Cuando bajamos, es hora de comer, son más de las 3 de la tarde, así que nos metemos en el primer restaurante que nos encontramos. 

Nos dirigimos a la calle Koscieliska, donde hay estructuras de madera típicas de la construcción de Zakopane. En el número 18 se encuentra la primera construcción de este tipo, a partir de ella todos la imitarían. Es un museo que cierra a las 17 horas y se puede visitar por 7zl, nosotras pasamos a verlo. En el interior tienen recreada la vivienda, además de algunas fotos de cómo era en su momento, incluida una exposición de cuadros humorísticos de la época.


Tras esto nos fuimos al hotel a relajarnos, de nuevo, en el spa. 

Jueves 7 de septiembre 


Hoy hemos vuelto a cruzar la frontera con Eslovaquia para visitar la región de Spis. Hemos eliminado del navegador el uso de carreteras de peaje, para no tener problemas J

Comenzando por Kezmarok, donde nos encontramos con una pintoresca población con un castillo.


Seguimos hasta Levoca, una ciudad amurallada con una bonita plaza y una iglesia con el altar gótico más grande de Europa. La entrada a la Iglesia de San Jacobo cuesta 3€, habíamos leído que el altar es impresionante, pero después de ver fotos donde se compran los tickets, hemos comprobado que hemos visto uno similar en alguna de las miles de iglesias que hemos visitado en el viaje, por lo que no hemos entrado. Como veis estoy algo saturada de ver iglesias J.




En Levoca hemos comido en un restaurante cercano a la plaza, Planeta Levoca, el típico plato eslovaco, compuesto por pasta con queso, un filete de cerdo y repollo. (http://planetalevoca.sk/sk_uvod.html)


Nos acercamos a visitar el Castillo de Spis, una gran foto, y los paisajes que lo rodean son muy chulos.


Terminamos el día en el Parque Nacional del Paraíso Eslovaco, uno de los mayores parques nacionales de Eslovaquia. Vimos en internet un par de accesos, por Cancow y por Podlesok, nos decidimos por este último. Llegamos a las 17 horas, demasiado tarde. Si vais a hacer un recorrido similar, yo eliminaría las dos ciudades visitadas y aprovecharía más tiempo en el parque para hacer alguna ruta. De todas formas, nosotras hacemos una pequeña ruta de 1 hora, paseando entre bosques e intentando encontrar algún animal, aunque nos quedamos con las ganas. 

Llegamos a Zakopane a la hora de cenar. Buscamos en internet un lugar donde ir y encontramos un bonito restaurante, Bakobo Zohylina Niznio (http://www.niznio.zohylina.pl/), que recomiendo. La comida estaba buena, es un lugar acogedor, las mesas son grandes y si no hay sitio hay que compartirlas y, además, hay música y bailes.


Viernes 8 de septiembre 


Comenzamos el día yendo a Debno donde visitamos su iglesia de madera. 


Como hoy la previsión del tiempo es que no llovía, nos hemos ido a dar un paseo en barca por el desfiladero Dujajec. La barca sale de Sromowce Wizne. Hemos visto que hay dos trayectos, uno que dura 2 horas y otro de 2 horas y 45 minutos, el segundo ya no se hace en estas fechas, así que sin otra opción, hemos elegido el de 2 horas. Nos ha costado 52zl. Como el recorrido de la barca no es circular, sino que te deja en Szczawnica, hemos comprado tickets para el bus de vuelta que nos han costado 10zl. Y por el parking hemos pagado 10 zl.
Hemos comido algo rápido donde nos ha dejado la barca, en uno de los bares que había en el pueblo.
El bus de vuelta no deja de pasar, llenan y se marchan. Nosotras hemos esperado solo 5 minutos a que se llenara y la vuelta ha durado unos 20 minutos.
Paralelos al río iban muchos ciclistas, así que entiendo que el mismo recorrido que hace la barca se puede hacer en bicicleta. 


A continuación, hemos visitado el castillo de Niedzica, un castillo a orillas de un lago artificial. Por el entorno, es muy chulo. La entrada han sido 14zl y el parking 10zl. El interior no es muy grande, por lo que la visita se puede hacer en media hora / 1 hora. Nosotras hemos llegado a eso de las 16:30, con algo de miedo porque muchos sitios cierran a las 17 horas, pero aquí no había problema, cierran a las 18:30 y te dejan visitar el castillo hasta las 19 horas. 


Nos hemos vuelto al hotel, haciendo alguna parada en pueblos de camino, ya que las iglesias de madera son muy chulas. 


Hemos cenado en el centro de Zakopane, en un restaurante que no nos ha convencido, la comida no era buena y eran bastante lentos. 

Sábado 09 de septiembre


Este día teníamos planeado en nuestro recorrido una visita por la Arquitectura de Madera, pero hemos comprobado que volvemos a visitar más ciudades con una plaza y, en medio de ella, el Ayuntamiento, de lo cual ya hemos tenido suficiente durante el viaje. Así que como por los alrededores de Zakopane hay iglesias de madera muy bonitas, hemos preferido hacer un tour para visitar algunas. 

Hemos preguntado en recepción por las iglesias de la zona y nos ha mostrado algunas, con fotografía incluida, así que las hemos visitado todas ellas, hasta las que no son de madera.😱




Por cierto, si vais a Zakopane con niños, tanto allí como por los alrededores, hay varios aquopolis. Por lo que hemos visto, el edificio del de Zakopane es una mole, así que pienso que es cubierto. 

Hemos comido en un sitio de carne en mitad de la calle principal de Zakopane, donde se ve cómo la hacen al fuego de una inmensa barbacoa. La carne no estaba mala, pero también reconozco que la he probado mejor. Como soy una carnívora nata, me he pedido un costillar, por cierto, enorme. 

Por la tarde, hemos aprovechado para darnos un masaje en el hotel, esta vez, no descontracturante, porque la vez anterior no sirvió de nada. En cuanto llegue a casa pido hora en el fisio 😀. Como veis, la tarde ha sido holgazanear. 

Para cenar hemos ido a un italiano que se encuentra nada más entrar en la calle principal, Casa Mia. Aunque no iba muy animada a cenar italiano, he de reconocer que la comida estaba muy buena, yo me he pedido la ensalada del mismo nombre que el restaurante y estaba riquísima, mi compañera ha probado la pasta y también la recomienda.

Domingo 10 de septiembre


Hoy regresamos a casa, luego, nos ponemos en camino hacia Cracovia que es de donde sale nuestro vuelo.

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