"Gracias a todos esos amigos que siempre me piden opinión sobre los viajes que van a realizar, ellos me dieron la idea de hacer este blog.
En especial a mi amigo Jesús que me dio el empuje necesario para ponerlo en marcha. Y por supuesto a todos los que me leéis.
Un beso para todos vosotros. "


Japón


Septiembre 2.013


Hace tres semanas ni me había planteado ir de viaje a Japón, y ahora estoy llegando a Tokyo. En dos semanas hemos organizado, más o menos, el viaje. Menos mal que no se necesita ningún tipo de vacuna especial, ni hay que solicitar el visado, hubiéramos ido un poco justos de tiempo. J

Lo primero de todo fue comprar unos billetes económicos. Después de mucha búsqueda y algunos problemas con la red para comprar, conseguimos billetes de ida y vuelta a Tokyo, por menos de 600€, con Alitalia. 20 horas y media de ida, 2 escalas muy cortas, una en Roma y otra en Milán, y unas 18 horas de vuelta con una única escala en Roma.

Vuelo directo no encontramos, y aunque había muchos con una escala, a lo mejor duraban entre 30 y 40 horas. Así que prestad especial atención en la duración, porque hay mucha diferencia de horas entre los vuelos. Y otra idea interesante que nosotros no hicimos por precio, es entrar por Tokyo y salir por Osaka.

Para movernos por el país compramos la Japan Rail Pass (JR). Es un billete de tarifa plana para moverte por todo Japón en tren. No es válido para el tren bala Nozomi, pero sí para el resto, incluidos los existentes dentro de la misma ciudad. También hay autobuses, JR, que te permiten utilizar esta tarjeta y es válida para el Ferry JR a la isla de Miyajima.


Tened en cuenta que la JR no se puede comprar en Japón, tienes que venir con ella desde casa. La hay para 7, 14 y 21 días. Nosotros la cogimos para 14 días, para aprovecharla al máximo en todo el viaje. Nos salió por unos 340€.
La compramos en la siguiente dirección:
JTB Viajes Spain S.A.(Madrid) C/ Los Madrazos 28, 3-Planta 28014 Madrid
TEL 91-5591597 
En esta página podéis encontrar información sobre esta tarjeta:
http://www.turismo-japon.es/organiza-tu-viaje/transporte/ferrocarriles

Hemos reservado algunas noches de hotel en Tokyo, en Kyoto y en Osaka, el resto de noches las iremos reservando sobre la marcha. Hemos leído que al lado de las estaciones de tren hay hoteles muy baratos, bastante bien y que quizás ofrezcan buenas ofertas. También hemos comprobado que desde los puntos de información turística te pueden tramitar estas reservas. Ya veremos cómo lo hacemos.

Compramos una SIM para el móvil (http://www.bmobile.ne.jp/english/) de forma que tuviéramos datos todo el viaje, no sólo cuando existiera wifi en el hotel. La verdad es que nos ha sido muy útil, por ejemplo, para mirar en internet los horarios de los trenes, ya que cómo no reservamos ningún billete de tren, podíamos mirar en el momento los horarios al terminar la visita. La página que hemos utilizado para poder obtener esta información es http://www.hyperdia.com/en/

Miércoles 11 de Septiembre


Hemos llegado a las 9 y media al aeropuerto de Narita y teniendo en cuenta que salimos de casa el lunes de madrugada, estamos destrozados.

Lo primero que hacemos es ir a por la sim que hemos encargado por internet. Es tarifa plana con velocidad de descarga de 300kbps, funciona el tethering, por lo que hemos probado a conectarnos con ella los tres a la vez y parece que funciona perfectamente.

Bajamos a la estación de tren, donde en las oficinas de JR nos sellan la tarjeta para que podamos comenzar a utilizarla. Eso sí, tened cuidado con ella, porque si la perdéis no la podéis recuperar, no la reponen aún teniendo el recibo y moverte por Japón en tren es bastante caro. L

Cogemos el tren de Narita a la estación Central de Tokyo. Éste tarda algo más de una hora en llegar, después tenemos que coger un par de trenes más en el mismo Tokyo para llegar al albergue que hemos reservado. En Tokio hay dos líneas de JR en las que te puedes mover, y prácticamente visitar todos los sitios recomendados, son la Sobu Line y la Yamanote Line.

Reservad la primera noche en la ciudad, por lo menos, ya que en el control del aeropuerto te obligan a rellenar el hotel en el que te pueden localizar. De hecho, nosotros no habíamos rellenado esta información y nos han dicho que la indiquemos.

Después de instalarnos, vamos a comer algo por la zona. Con los restaurantes más chulos que habíamos visto desde la estación de tren al hotel, ahora no encontramos ninguno, y para uno que encontramos ya han cerrado. Así que entramos en una especie de cafetería totalmente occidental, donde tomamos un sándwich y poco más. 

Si quieres sacar dinero del cajero, tienes que ir a los cajeros internacionales, no hay muchos, están localizados en las oficinas de correos y en los 7 Eleven. En muchos sitios no te admiten tarjeta, incluyendo en los alojamientos.

Cerca de nuestro alojamiento se encuentran los jardines del Palacio Imperial, así que nos acercamos a dar una vuelta por ellos. Llevar repelente, porque a nosotras nos llenaron de picaduras los mosquitos.


Después nos acercamos al barrio de Ginza. De camino nos encontramos con la celebración del Oktober Fest, como si estuviéramos en Alemania, nos encontramos en un parque lleno de puestos que venden salchichas y cerveza.  Damos una vuelta por el barrio y nos acercamos al edificio de Sony para ver lo último en tecnología, así que, toqueteamos un poco sus nuevos productos. J

Habíamos leído en alguna de las guías que llevábamos, que el Estadio Kokugikan de Lucha de Sumo cerraba a las 18 horas, así que nos acercamos a la estación de Ryogoku, que es donde se encuentra este estadio a comprar las entradas para ir a ver una lucha de Sumo. En Tokio hay 3 torneos oficiales, uno empieza el 15 de septiembre y dura 15 días, por lo que a la vuelta podemos ir a verlo. Pero cuando llegamos, nos encontramos con que las taquillas han cerrado, L, vemos que el horario de la taquilla es de 10 a 16:30 horas, nos va a ser un poco complicado cuadrar este horario, ya veremos cómo lo hacemos.


La zona está llena de restaurantes, así que cenamos en uno al lado de la estación, muy económico y con platos que tienen muy buena pinta. No se piden los platos al camarero, hay que comprar un ticket en una máquina que está en japonés, los camareros tampoco hablan otra cosa que no sea japonés, pero al final logramos pedir lo que habíamos pensado, en algunos platos hay fotos. Tened en cuenta que a la entrada de los restaurantes están expuestos los platos que hay para comer.

Pensábamos que comer en Japón era carísimo, pero aquí tomamos udon, que es una sopa de fideos/espaguetis típica japonesa, que nos cuesta 390 yenes, unos 3€, el agua la sirven sin preguntar y es gratis, eso sí, es del grifo, pero la verdad es que es un agua que está muy buena.




Seguimos paseando y nos encontramos con el barrio de Kanda, una zona con mucho ambiente nocturno, por la que damos una vuelta antes de irnos al hotel a dormir.


Si os fijáis en muchas puertas de edificios, podéis ver que según qué planta hay diferentes atracciones. Es decir, en una planta te puedes encontrar un karaoke, en otra un video-club, en otra un restaurante, un bar, etc. Así está montado por todo Japón.

Tenemos reservadas 4 noches en Tokio en el Sakura Hotel Jimbocho. Tenemos una habitación triple, pero la verdad es que tenemos 5 camas en la habitación, dos literas y una cama. Los baños son compartidos, pero está todo muy limpio y bastante bien montado. El desayuno está incluido, no es gran cosa, tostadas, sopa y café o infusiones. Para ir en plan mochilero como es nuestro caso, es bastante recomendable.

Una cosa que me ha llamado especialmente la atención, es que por la calle te encuentras constantemente máquinas de refrescos y agua, lo cuál es muy útil. Y por cierto, bastante bien de precio, y en precio estándar, en todas cuesta lo mismo, yo que soy una adicta a la coca-cola, me vino fenomenal. J


Jueves 12 de Septiembre


Hoy nos levantamos a las 4:30 para acercarnos al mercado de Tsukiji o mercado del pescado. Habíamos leído que a los turistas les dejan contemplar el espectáculo de subasta de grandes atunes de 5:30 a 6:30 a.m., pero llegamos a las 6:30 horas, por lo que decidimos volver otra mañana. De todas formas, aprovechamos para dar una vuelta por el mercado y contemplar los diferentes productos que ofrecen, a cuál más interesante. También hay un montón de puestos que ofrecen comida por si os apetece comer algo.



Hoy vamos a ir a visitar Nikko. Situada al norte de Tokyo, es un lugar importante de peregrinación. Nosotros no hemos reservado ningún billete de tren en el viaje y no hemos tenido problemas, no sé si ocurrirá lo mismo en otras fechas con mayor número de turistas. Enseñas la Japon Rail Pass y accedes a los trenes sin problemas. En el tren hay vagones para las personas que no han reservado asiento, luego esos son los que nos corresponden. J

Al llegar a la estación de Nikko, vemos un autobús que te lleva a la zona de templos. No vale la Japan Rail Pass, y como no está lejos, decidimos ir dando un paseo, pero luego nos arrepentimos porque el sol está pegando fuerte.

Ya en la zona de templos, nuestra idea era comprar una entrada combinada, que como habíamos leído en la guía, incluye la entrada a varios templos y por precio, merece la pena. Pero llegamos y nos dicen que ya no la venden, no sé si es porque no es julio-agosto o porque realmente han dejado de venderla. Así que, a comprar entradas individuales. L


El templo de Rinnoji está en obras por lo que decidimos no entrar, aquí se encuentran las tres estatuas de grandes dimensiones, en el lado derecho, la diosa Kannon, diosa de la misericordia, con mil brazos, en el centro Amida y a la izquierda, Bato Kannon, con cabeza de caballo. Nosotros desde fuera vemos que están cubiertas.

Una curiosidad que nos contó una guía, es que la marca Canon, sacó su nombre de la diosa Kannon. No sé si será verdad o no, es lo que nos contaron, yo ahí lo dejo.

Pasamos al Santuario de Toshugu, un complejo lleno de templos, una pagoda de cinco pisos, etc. Es la visita principal de Nikko, la entrada cuesta 1.300 yenes.


Nada más pasar la torii (puerta sintoísta), te encuentras a la izquierda con la pagoda de 5 pisos de color rojo. Pero la verdadera puerta de entrada es la que hay a continuación, la Niomon, que es budista. Después, puedes visitar el Establo Sagrado, donde se encuentra el caballo ceremonial, y cuál fue nuestra sorpresa al ver que este caballo, era un caballo real, eso sí, sólo se le puede ver un rato por la mañana, después lo deben de sacar a pasear J. También se puede ver un relieve de los famosos monos con los gestos de No oigas el mal, No digas el mal y No veas el mal. En el interior puedes visitar varios templos y subir a la tumba de Leyasu.


Tened en cuenta que para entrar a los templos hay que descalzarse, así que si sois un poco escrupulosos, llevad unos calcetines a mano.


También os encontraréis en muchos templos una especie de barriles con dibujos y letras japonesas, si os preguntáis qué son, servían para almacenar sake, curioso, ¿verdad?, a nosotros nos costó un pelín averiguarlo.


También entramos en el Santuario de Futaarasan, la entrada cuesta 550 yenes, es el edificio más antiguo del complejo.

Salimos de la zona de templos y nos fuimos a comer a un sitio que recomienda la Lonely Planet y que también nos han recomendado algunos amigos, Hippari Dako, y la verdad es que no nos convence. Todos las personas que hay comiendo son españoles, entiendo que todos guiados por la Lonely española, la señora no hace más que meterte prisa para que comas porque quiere que desocupes la mesa para atender a otros clientes y la comida no está muy allá. El precio de los platos ronda entre 600 y 800 yenes. Para mí fue una decepción.

Después de comer nos volvemos a Tokyo para continuar visitando la ciudad. Comenzamos con el barrio de Shibuya, donde se encuentra el famoso cruce Scramble Kousaten. Está delante de la estación, desde la misma se puede contemplar la cantidad de gente que lo cruza, dicen que es el más abarrotado de todo el mundo.


Aquí se encuentra la pequeña estatua de Hachiko, un perro que pertenecía a un profesor, al que acompañaba todas las mañanas, y por la tarde iba a buscarlo. Después de la muerte del profesor, por lo visto, el perro estuvo esperándolo durante 11 años. Es el punto de encuentro más popular de los tokiotas.

Este barrio también está lleno de centros comerciales, por lo que se ve mucha gente y calles llenas de luces, además de gran cantidad de Love Hotels.

Después, nos vamos al barrio de Akihabara, también llamado Ciudad Electrónica, por la gran cantidad de tiendas de dispositivos electrónicos que se encuentran por la zona. Nosotros damos una vuelta mirando baterías y algunas otras cosillas, casi todo tiene precio europeo, así que ya no merece la pena comprar allí cosas. Sin embargo, las cámaras fotográficas, sí que tienen mejores precios que aquí.


La calle está llena de chicas vestidas de sirvientas, son las meido, jóvenes vestidas de criadas con vestidos muy provocativos, que aparecen en los tebeos manga, suelen ser camareras de cafeterías, masajistas, etc.


Si os gustan los videojuegos, no dejéis de pasar a una de las muchas salas de videojuegos que hay. Seguro que sentís nostalgia con muchos de ellos, tal y como le pasó a nuestro compañero de viaje. También es muy curioso ver la velocidad a la que pulsan botones y juegan los japonese, es impresionante.

Llegamos a la estación de tren de nuestro hotel (Suidobashi), de camino hay un montón de restaurantes, así que pasamos a cenar a uno de ellos. Pedimos todos diferentes sopas y cuál fue nuestra sorpresa cuando al probarla nos dimos cuenta que estaba helada. Esto nos pasó alguna vez más. No fuimos capaces de saber distinguir si el plato pedido era frío o caliente, en ningún momento se nos ocurrió pensar que hubiera sopas frías, ni noodles con hielo. L

Otra cosa que llama la atención, es que tanto en el metro como en el tren, la gente hace cola para entrar en orden en el vagón. La localización de las puertas está marcada en el suelo. Siempre hay que ponerse a la izquierda para no molestar, en escaleras, pasillos, etc. Incluso hay en zonas del metro y del tren donde hay flechas en el suelo que identifican por donde has de avanzar, aunque también es verdad que no lo cumplen muy a raja tabla.

Viernes 13 de Septiembre


Hoy cogemos el tren para visitar Kamakura, lugar situado al sur de Tokio. Aquí visitamos los templos recomendados en la guía, Templo de Engakuji, Templo Kencho-ji y el Santuario de Tsurugaoka Hachimanguibutsu. La entrada de cada uno cuesta 300 yenes. No son como los vistos el día anterior en Nikko, los dos primeros no tienen el colorido que representa a los que hay en Nikko.



Bajando hacia la estación comemos. En la calle principal hay mucho restaurantes, pero nosotros comemos en una calle lateral que nos ha recomendado un japonés que hablaba español. También es una zona con muchos restaurantes.

Después bajamos a la estación donde cogemos un bus que nos lleva a Daibutsu, donde se encuentra el gran buda. Se puede coger del autobús número 1 al 7, pero os recomiendo que preguntéis en el punto de información o al mismo conductor. La parada es Daibutsu-mae.

En Daibutsu, visitamos el Gran Buda, se puede entrar en su interior y subir hasta los hombros. La entrada para visitar el buda fueron 200 yenes. Este enorme Buda de bronce de más de 13 m. de altura y un peso de 121 toneladas, fue construido en 1.252. Debido a un maremoto en 1.498, que destruyó el edificio que lo albergaba, está expuesto a las inclemencias del tiempo. Es el segundo Buda más grande de Japón, después del que se encuentra en Nara.


Continuamos al Templo de Hase Kannon, está situado a unos 10 minutos desde el Gran Buda por la calle principal. Aquí se halla la estatua de madera más alta de todo Japón, es la diosa de la misericordia, con once cabezas. El precio de la entrada es de 300 yenes.


Después nos dirigimos a la playa y bordeándola fuimos a un mirador donde nos habían dicho que se podía ver el Monte Fuji, pero no vimos nada L. Así que al tren y de vuelta a Tokyo.


Esta vez llegamos algo tarde y como al día siguiente íbamos a madrugar para volver a ir al mercado de pescado, cenamos algo por la zona cercana al hotel, y a dormir.

Sábado 14 de Septiembre 


Este día teníamos pensado acercarnos a Hakone para visitar los 5 lagos Fuji y ver a lo lejos el monte Fuji, pero decidimos aprovechar el día en Tokyo. Aún nos quedaban muchas cosas por ver y todavía no habíamos comprado las entradas para ver una lucha de sumo.

Nos levantamos a las 3:30 horas, esta vez teníamos que llegar a ver la subasta de pescado, costara lo que costara, jeje. El caso, es que llegamos a la estación de tren cercana al hotel y nos encontramos con que aún estaba cerrada, aún no eran ni las 4:30 horas. Así que decidimos coger un taxi, justo cuando el taxi estaba girando para coger el sentido al mercado, vimos que la estación estaba abriendo sus puertas. Bueno, qué se le va a hacer. Recordad siempre pedir al taxista (si no lo hacen) que pongan el taxímetro a contar.

Llegamos al mercado donde dimos una vuelta entre los atunes gigantes buscando la zona de subastas. Hasta que nos encontramos a un seguridad el cuál nos echa, porque dice que no podemos estar por allí. De hecho, nos echa un par de veces. Qué se le va a hacer, somos turistas curiosos. Luego nos encontramos a unos australianos que nos dijeron que ya no se puede ver la subasta. L



Yo había leído que ahora se permitía el acceso al turista en un horario determinado, pero también, que eso podía cambiar a gusto. Así que después de dos madrugones, nos hemos quedado sin ver la subasta de los grandes atunes. L

Buscamos por la zona un sitio para desayunar. Desayunamos un buen tazón de arroz con carne en un pequeño local donde están comiendo unos trabajadores del mercado, riquísimo.

Nos vamos al hotel a por las cosas. Esa noche no la teníamos reservada y en el hotel en el que nos encontrábamos no había sitio, y la verdad es que todo estaba lleno, supongo que tendrá algo que ver que sea fin de semana. El caso es que el recepcionista del hotel anterior, que por cierto, hablaba español perfectamente, nos localiza un albergue muy económico. Eso sí, las habitaciones son compartidas, y las que tenemos no son mixtas, así que nos tenemos que separar. Está situado en la zona antigua de Tokio, por lo que después de instalarnos, nos vamos a conocer el barrio, Asakusa.

Visitamos el Templo de Asakusa Kannon, es el templo más antiguo del área metropolitana de Tokio, la pagoda, Nakamise, que es una avenida llena de puestos con recuerdos, etc.



Después, nos acercamos a ver la Sky Tree, una torre que dicen es la más alta del mundo. Ahora está llena de restaurantes, tiendas de recuerdos, y se puede subir arriba para ver las vistas de la ciudad. Comimos por la zona, por fin probamos el sushi, ninguna diferencia con el que comemos en España.



Paseando por la zona nos encontramos con varias "procesiones" japonesas, como si cada calle o manzana tuviera una propia.



Fuimos a comprar las entradas para el sumo, por fin teníamos entradas para la vuelta, en el segundo piso en la zona C, las más baratas, y aún así costaron 3.600 yenes. En esta página se pueden comprar, se ven los precios y cómo está distribuido el estadio, pero tened en cuenta que cobran una buena comisión: 

Nos acercamos al Parque Yoyogi. Un inmenso parque, punto de encuentro de roqueros los domingos. Nosotros paseamos por la zona y visitamos el Santuario de Meiji, donde nos encontramos a un par de novios haciéndose el reportaje fotográfico. Muy amablemente nos dejaron fotografiarlos, iban vestidos con los trajes clásicos de boda. 



La novia lleva 3 vestimentas diferentes para su boda: un kimono rojo que es el primero que utiliza, debajo lleva el kimono blanco y posteriormente un vestido más actual para la fiesta de bodas. Durante la ceremonia sintoísta, lleva un gorro blanco encima de la cabeza y cuando sale de ésta, se lo puede quitar para lucir su grandioso peinado. El típico peinado de la novia lleva adornos dorados que le decoran la cabeza, llamados kanzashi.


Acabamos el día por la zona del hotel, estaba iluminada y el templo tenía mucho encanto. 



Esa noche nos alojamos en el Sakura Hostel Asakusa, aunque las habitaciones eran compartidas, estaban muy bien. En la misma habitación había unas pequeñas taquillas para dejar las cosas, la zona común era bastante amplia, el desayuno también estaba incluido, aunque era tan cutre como el anterior, sopa y tostadas. L

Domingo 15 de Septiembre


Salimos temprano del hostal para ir al tren. Hoy nos dirigimos a Takayama. Está en los llamados alpes japoneses. Está diluviando, y la verdad es que nos calamos un poco de camino a la estación, puesto que nos despistamos y damos muchas vueltas hasta llegar al metro. Después, ya en la estación central de Tokio, sufrimos de un poco de estrés buscando el tren que teníamos que pillar, ya que nos habíamos apuntado un recorrido en el tren Nozomi, y este tren no está incluido en la Japan Rail Pass, no nos habíamos dado cuenta. Así que conexión a internet y a revisar diferente recorrido. Este viaje es largo y con varias conexiones.

Cuando llegamos a eso de las 15:30 horas, fuimos a dejar las cosas al alojamiento, que no está lejos de la estación. Hemos reservado en el J-Hoppers Hida Takayama Guest House, es una especie de albergue de estilo tradicional, es decir, se duerme en sus camas tradicionales, prácticamente en el suelo. Está fenomenal, al hacer más reservas hemos visto que hay varios en distintas ciudades, es una buena opción de alojamiento barato.

Aquí nos dividimos. Uno de mis compañeros se queda paseando por el pueblo y nosotras nos vamos a Hida-no-sato. Cierran a las 17 horas, luego vamos un poco justas, por lo que cogemos el bus para llegar.

He leído que andando es una media hora y en bus son unos 5 ó 10 minutos. El ticket se compra en la estación de autobuses, al lado de la de tren. Cuesta 900 yenes e incluye la entrada al pueblo/museo, la ida y la vuelta. La entrada a Hida-no-Sato sin bus se puede comprar en la entrada por 700 yenes.

Junto con la entrada te dan un plano del lugar, con varios recorridos. Nosotras elegimos el largo que pone que dura 1 hora. Las casas son muy chulas, y puedes acceder a algunas de ellas.


Después dimos una vuelta por la ciudad, es muy bonita. Tiene una zona de casas de madera típicas y algunos templos. Así que como siempre digo, a callejear y perderse por las calles.


En este pueblo vemos que muchos restaurantes ofrecen para comer carne de kobe, por lo que para cenar, buscamos uno que esté bien y no sea excesivamente caro. Encontramos uno muy chulo, para entrar en él, hay que descalzarse, las mesas son bajas y te sientas encima de un cojín, vamos, al más tradicional estilo japonés. La carne te la ponen cruda para que tú te la hagas al gusto, carne a la piedra, eso sí, no esperéis grandes raciones.  Para acceder a él, tienes que seguir en dirección al río la calle Hirokoji (es en la que se encuentra el J-Hopers), atraviesas el río por el puente Ikadabashi y la primera calle a la izquierda haciendo esquina. Por la noche, con la iluminación no tiene pérdida, puesto que el resto de la calle está muy oscura. Os lo recomiendo, la carne buenísima y la atención fantástica.


Lunes 16 de Septiembre


Teníamos pensado madrugar para ir al mercado de Takayama, que dicen que merece la pena ver, pero toda la noche se ha pasado diluviando y por la mañana sigue igual. Así que solamente uno de nosotros se anima a acercarse, a la vuelta nos comenta que estaba él con 6 personas más L. Es un mercado en el que la gente de los alrededores baja a vender sus cultivos y demás.

Lo primero que hacemos al salir del hostel es ir a comprar los ticket del bus para ir a Shirakawa-go, pero cuando llegamos nos indican que los autobuses no están funcionando por la lluvia. Después de esto nos encontramos a una pareja de españoles que nos indica que han cortado las carreteras por un tifón L, posteriormente, nos enteraremos que salió en las noticias en España.

Nos vamos a desayunar en uno de los pocos lugares abiertos cerca de la estación, donde decidimos modificar la ruta pensada e ir a Kazawa y mañana desde allí ir a Shirakawa-go. Aquí desayunamos nuestro primer desayuno estilo japonés, un bol de arroz blanco acompañado por un huevo crudo que tienes que romper y batirlo con un poco de soja, y después, se lo echas al arroz, también hay alga nori la cuál hay que mojar en un poco de soja y echarla al arroz. La verdad es que está muy bueno, no mojéis demasiado el alga en la soja para que no quede salada. También va acompañado por un pequeño bol de sopa.

Nos vamos a la estación de tren y nos dirigimos a Kanazawa. Tenemos que hacer 2 trasbordos y el tren va con retrasos y muy lento, suponemos que es por el tifón. En el segundo trasbordo, en el andén y mientras esperamos al tren que nos llevará a Kanazawa, comemos una sopa/udon.

En Kanazawa, al lado de la estación de tren, está la estación de autobuses, ahí hay una línea de buses que es la JR con la que viajamos gratis con el Japan Rail. Nos bajamos en la parada de Korimbo que es la más cercana a nuestro alojamiento.

Esta vez nos alojamos en un ryokan, Kikunoya. Habitaciones de estilo japonés, incluso en la planta baja tiene un pequeño onsen. Todo muy limpio y la habitación triple bastante amplia. El encargado del ryokan, nos ayuda a hacer la reserva de bus para el día siguiente a Shirakawa-go, nuestra idea era ir a Shirakawa-go y volver a Kanazawa, para continuar a Kioto, pero nos recomienda que volvamos a Takayama. Le hacemos caso. Aunque al día siguiente nos fijamos un poco más y creemos que esta no era la mejor opción, nos parece que así ha salido más caro y se ha tardado más, pero bueno, ya no se puede hacer nada. 

Nos vamos a dar una vuelta por Kanazawa, lo primero que visitamos son los Jardines Kenroku-en, que en la guía indican que es uno de los tres jardines más importantes de Japón. A mí me parece bastante normal, supongo que en primavera con los árboles en flor, tiene que ser mucho más bonito. La entrada nos cuesta 300 yenes.



Nos acercamos al castillo de Kanazawa, pero nos quedamos en la entrada, justo en el momento en que llegamos están cerrando.



Continuamos a dar un paseo por el distrito Nagamachi, o distrito de los samurais, las casas son muy chulas, así que no dejéis de visitarlo.


Cenamos por la zona y nos vamos a dormir.

Martes 17 de Septiembre


Hoy nos hemos ido a la estación de autobuses en el mismo JR que vinimos. Como la reserva la hicimos por teléfono vamos a por el billete a la estación, pero no encontramos dónde, así que nos compramos unos sandwiches para desayunar y cuando nos vamos a subir al bus nos indican que necesitamos billete y dónde tenemos que recogerlo. El billete se coge en frente de la dársena 1, así que recogemos los billetes y nos vamos. El bus a Shirakawa-go sale de la plataforma 2 por lo que no retrasamos la salida ni nos dejan en tierra.

Es la primera reserva de transporte que hacemos y menos mal, en el JR nos hemos encontrado a otro grupo de mochileros que no han podido coger nuestro bus porque ya no había plazas.

Hemos salido en el de las 8:50 horas, por lo que llegamos a las 10:00. Al lado del punto de información se encuentran unas taquillas con llave para poder dejar las mochilas, nos caben en una taquilla intermedia que cuesta 400 yenes, la más grande, que por cierto es enorme, cuesta 600 yenes.

Pedimos un plano en el punto de información y nos ponemos a pasear entre las casas de Shirakawa-go. Estas casas tradicionales son llamadas Gassho-mura, puesto que gassho es la posición de las manos en el acto del rezo a Buda y esta es la forma que tienen sus tejados de paja.



Puedes visitar algunas por 300 yenes. Nosotros visitamos la Casa de la familia Wada. Estas casas están diseñadas según el estilo Gassho-sukuri, 18 metros de largo por 10 de ancho, divididas en 4 plantas, la de abajo es donde está la vivienda, solían vivir más de una familia en cada casa, el resto de plantas eran dedicados para la cría de gusanos de seda, almacén, etc.

Hay un mirador al final del pueblo subiendo por una carretera empinada, como 10 minutos, donde se puede ver una panorámica de todo el pueblo.

De allí fuimos a un onsen, Shirakawa-go no Yu. Aquí la única que se animó a entrar y bañarse fui yo. En el punto de información nos dieron un ticket con un descuento para entrar en el onsen, preguntad por él, porque sino, no lo mencionan, de esta forma en vez de 700 yenes, me costó 600 yenes.

Los onsen son baños públicos. Los japoneses van varias veces a la semana. Las mujeres y los hombres entran por separado,  hay que entrar desnudo. En éste en particular, hay dos pequeñas piscinas, una interior con agua muy caliente y otra exterior, en una terraza, dando al río. Al lado de la piscina interior hay un montón de duchas con unos banquitos donde sentarte y lavarte bien. Yo coincidí con un par de japonesas y estuvieron 15 minutos de reloj lavándose. También hay una especie de baño turco, pero que echa agua del techo, como si estuvieras en una terraza de verano. Hay taquillas para dejar las cosas, tienes que introducir una moneda de 100 yenes, que después te devuelve. Es como nuestros spas.

Salí del onsen a las 13 horas como había quedado con mis compañeros de viaje y en el camino a la estación, entramos en el primer restaurante que vimos. Uno de mis amigos pidió una sopa caliente y nosotras pedimos unos noodles pensando que eran calientes, pero no, helados, de hecho los sirven con hielo. L


A las 14 horas cogimos el bus para comenzar el viaje a Kyoto. Primero nos dirigimos en bus a Takayama y después continuaríamos en tren.

Como algunas zonas de Takayama las vimos por la noche, antes de que salga el tren nos vamos a dar una vuelta. La verdad es que merece la pena verlo de día, es un pueblo muy bonito.



En esta zona de los Alpes japoneses, no dejéis de admirar sus paisajes cuando vayáis en el tren, los ríos tienen mucha agua, son anchos y las montañas están muy verdes, fantásticos.

La estación de Kyoto es enorme. Nos costó encontrar la salida que queríamos, pero después nos llevó poco tiempo llegar al hotel. En Kyoto nos alojamos en Guest House Costa del Sol Kyoto, este alojamiento, también de estilo japonés pero con baño en la habitación, está fenomenal calidad/precio y la dueña es encantadora y está muy pendiente de tus necesidades.

Queríamos poner una lavadora, pero estaban ocupadas, por lo que nos fuimos a cenar a un sitio cercano, que parece ser está abierto hasta tarde, muy económico y muy rico (menos de 400 yenes). Vimos que el desayuno japonés estaba a 200 yenes, por lo que sería nuestro sitio de desayuno cuando fuera posible. (Gojo-Dori esquina con Shin-machi Dori)

Cuando volvimos de cenar, pusimos una lavadora, su precio es de 150 yenes, lo mismo que habíamos visto hasta ahora. Después tocó la secadora, que costó 100 yenes. Tras poner dos secadoras de media hora, que dejaron la ropa igual que salió de la lavadora, ya eran las 23:30, por lo que decidimos dejarlo, porque la gente se podía molestar por el ruido. Así que con perchas y como pudimos montamos el tenderete en la habitación. A eso de las 0 horas cuando terminamos, el vecino del piso de abajo tocó a nuestra puerta, y muy cabreado y de malas maneras nos dijo que paráramos ya con el ruido. La verdad, es que no estábamos haciendo apenas ruido, pero el suelo debía de ser de papel. El caso es que fue bastante grosero, suerte tuvo de que ya habíamos terminado.

Miércoles 18 de Septiembre


Hoy hemos visitado Kyoto. Aquí sólo hay una línea de tren y un bus que admiten JR, así que hemos visto que hay un pase para todo el día de bus que cuesta 500 yenes y teniendo en cuenta que cada viaje cuesta 220 yenes, hemos pensado que sale rentable.

Hemos ido a visitar el Templo de Kinkaku-ji o pabellón dorado, cuesta 400 yenes. La parada de bus es Kinkakuji-michu. Es un templo precioso, aunque sólo se ve por fuera, tiene tres plantas, y cada una de ellas con un tipo de arquitectura, la primera planta tiene estilo de palacio, Ho-su-in, la segunda, con estilo samurai, Cho-on-do y el tercer nivel de estilo de los templos zen, Kukkyo-cho.


También visitamos el Templo Ryoanji, cuesta 500 yenes y no está lejos del anterior. Nosotros fuimos andando, aunque se puede ir en bus. Este templo alberga el conocido Jardín de Rocas.


Y nos acercamos al Templo Ninnaji. Pasear por el templo y ver la pagoda es gratuito, cuesta entrar en el jardín, pero nosotros no pasamos. Está situado muy cerca de los anteriores.


Compramos comida en un supermercado, de esa preparada y comimos donde pudimos. No encontramos ningún restaurante que nos llamara especialmente la atención.

Dando un paseo llegamos al Santuario Heian. Desde luego, parece que no amortizamos el pase del bus, jeje. Fue construido en el 1.895 para conmemorar el 1.100 aniversario de la fundación de la ciudad.


Al lado del Santuario, había un centro de artes marciales, donde nos dejan pasar sin ningún problema e incluso ver el deporte que están practicando. Así, nos quedamos un rato admirando el ritual que realizan al practicar tiro con arco.


Nos vamos a Gion, a ver se vemos alguna Geisha. Esta vez, sí cogemos el bus J.  La calle Hanami-Koji es muy bonita, llena de casas tradicionales de madera. Dicen que aquí se pueden ver a las famosas Geishas paseando o saliendo del coche para acceder a uno de los restaurantes que llenan la calle, pero la verdad es que es más difícil de lo que dicen. Yo logro ver una en un coche, aunque la mayoría de los coches que pasan tienen los cristales tintados.


Paseamos ya de noche por la zona, pasando por el templo Yasaka. A este templo viajan gran cantidad de devotos para pedir no tener enfermedades. Llegamos a la puerta Chion-in, aquí se encuentra la puerta Sanmon, la más grande del país, pero como es de noche sólo disfrutamos de su perfil.

Volvemos al hotel, esta vez, cogemos dos autobuses, al final, parece que hemos amortizado la tarjeta. J

En el cambio de autobús, paseamos por un barrio muy animado, lleno de tiendas y pasadizos con más tiendas. Entre Gion-Shijo sta. hasta la calle Karasuma-dori. Por ahí está el mercado de la comida Nishiki, pero nosotros no lo encontramos. L


Llegamos al hotel y nos vamos a cenar al mismo sitio que el día anterior, donde por cierto también hemos desayunado.

Jueves 19 de septiembre


Hoy hemos cogido el tren dirección Nara (Nara Line). Donde se encuentra el Parque de Nara, lleno de templos budistas y sintoístas. Es curioso ver tantos ciervos en libertad paseando por el parque, puedes comprar galletas en los múltiples puestos para darles de comer.


Como digo, Nara está lleno de templos, pero nosotros seleccionamos dos.

El Templo Todaiji donde se encuentra la gran estatua de Buda de bronce. La entrada cuesta 500 yenes. En una columna de madera dentro del templo hay un agujero, se dice que si pasas por él alcanzarás la iluminación, pero es tan pequeño que sólo lo intentan los niños.

Y el Santuario de Kasuga Taisha, donde existen unas 1.000 linternas de piedra y otras tantas en metal. Puedes pasear por los alrededores del templo, la entrada al interior cuesta 500 yenes, nosotros ya un poco saturados de templos no entramos a ver éste, pero sí pudimos contemplar las linternas y edificios colindantes.




Nos fuimos a la estación, porque ahora íbamos a visitar Inari. En la misma estación comimos, en la planta baja vimos un burguer y un par de restaurantes, comimos en el de al lado del burguer donde tenían pescado y comimos una sardina buenísima más su acompañamiento.


Ya en Inari visitamos el Santuario Fushimi-Inari Taisha, formado por unos 4 km de longitud de torii, unas 10.000 puertas, todas ellas donadas por fieles. El torii es un arco sagrado, situado normalmente a la entrada de los templos sintoístas, marcando la frontera entre lo sagrado y lo profano.
También se ven gran cantidad de estatuas de piedra de zorros que son los mensajeros del santuario. Este Santuario no tiene horario y es gratuito.


Llegamos a la estación de Kyoto donde estuvimos dando una vuelta. Es el edificio más grande de todo el país. Se puede subir a la última planta donde hay buenas vistas de la ciudad. En frente se puede ver la Torre de Kyoto, por la noche está muy bonita iluminada.



Acabamos cenando en un restaurante cercano a la estación, allí la carta era en japonés, como era un sitio de parrilla, como pudimos pedimos carne para los tres. Nos pusieron pollo, corazón de pollo, hígado, mollejas y poco más, menos mal que no somos escrupulosos para comer J. Por fin probamos el sake, que ya iba siendo hora y al hotel a descansar.

Viernes 20 de septiembre


Como teníamos muchas dudas de lo que habíamos estado viendo en nuestro viaje, decidimos coger un tour guiado en inglés para enterarnos mejor http://www.waraido.com/walking/index.html.  No hay que reservar, en la página te indica el punto y la hora de quedada. Cuesta 2.000 yenes, empieza a eso de las 10:00 horas y termina a las 15:00 horas. Paseamos por templos, callejeamos, pasamos por delante del edificio dónde comenzó Nintendo y cómo no, visitamos algunas tiendas, de abanicos, de cerámica, etc. Aún así, el paseo mereció la pena, aprendimos mucho sobre la cultura japonesa.





Después, nos acercamos al templo Kiyomizo, ya que el tour termina muy cerca. Dimos una vuelta por el templo y sus tiendas. Está plagado de turistas.


Volvimos a la estación de Tokyo para coger el tren a la parada Saga Arashiyama, donde se encuentra el camino de bambú, un paseo en un bosque de bambús.


Volvemos a la estación de Kyoto. A la salida nos encontramos con una manifestación. Están en fila india por toda la acera rodeando un edificio, con cazuelas y gritando. Leemos uno de los carteles y nos enteramos que es contra las armas nucleares. La verdad, es que si te fijas, en muchos sitios, como el metro, puedes encontrar carteles en contra de este tipo de armas.

Entre el hotel y la estación, el día anterior, le habíamos echado el ojo a un restaurante tipo tepanyaki, de esos que te cocinan delante de tí en una plancha, así que ahí que nos vamos a cenar. Riquísimo, eso sí, la ropa apesta a comida. L


Sábado 21 de Septiembre


Hoy hemos cogido el tren dirección Himeji. Desde la estación ya se puede divisar el castillo que hay allí. El caso es que nosotros lo encontramos en restauración, por lo que apenas se puede ver una pequeña torre.

La entrada al castillo es de 400 yenes y si coges también la visita del jardín son 560 yenes. Nosotros hemos cogido el pack completo. Nada más entrar, tenemos un guía que habla en inglés para enseñarnos el castillo. Está incluido en el precio de la entrada. Nos cuenta que es un voluntario, en nuestro caso, pensamos que es un jubilado. Nos indica que la visita suele durar dos horas, para ver si estamos de acuerdo, nosotros le pedimos que la acorte a hora y media.



Como el castillo está en restauración, se puede coger un ascensor que hay en el andamio para ver los diferentes tejados. Bueno, ya que no podemos ver bien el castillo, vamos a ver la torre muy cerquita, esto no será posible hacerlo cuando quiten el andamio. Por supuesto, no es gratis, coger el ascensor, son 200 yenes más.



Después, damos una vuelta por los jardines, más bien rápida, porque ya aprieta el calor y empezamos a tener hambre.


Comemos en un local en frente del castillo lleno de turistas y nos volvemos al tren. Esta vez nos dirigimos a Hiroshima.

Cuando salimos del tren, comprobamos que en Hiroshima no hay metro, sólo bus y tranvía. Vemos que el tranvía número 1 nos deja muy cerquita del hotel, así que a por él que vamos. Su precio es de 150 yenes, que hay que pagar al salir, así que al llegar a la parada, como podemos, ya que vamos con las mochilas y en los vagones hay mucha gente, llegamos a la única puerta de salida donde cobran.

Esta vez el hotel elegido es el Kasuga Riokan, es el más cutre de los que hemos estado, la habitación es amplia, pero las ventanas dan a un muro, eso sí, está prácticamente al lado del Parque de la Paz.

Dejamos las cosas y vamos a dar una vuelta por la ciudad. Visitamos el Parque de la Paz y la cúpula de la bomba-a, edificio que quedó semi-destruido después de la explosión de la bomba atómica. Todas las personas que estaban dentro murieron, el hipocentro de la bomba estaba localizado a 160 metros de distancia, se ha mantenido en pie como recuerdo de lo ocurrido.


Cenamos por la zona y seguimos paseando viendo la cantidad de tiendas y centros comerciales existentes, además por supuesto del ambiente, que al ser sábado noche, se notaba más animado de lo habitual.


Domingo 22 de Septiembre


El domingo nosotras nos fuimos a Miyajima conocida como Isla Santuario, porque en ella se encuentra el Santuario Itsukushima.

Para llegar cogimos un bus y luego la línea JR hasta la estación de Miyajimaguchi, desde donde se coge un Ferry que te lleva a la isla. Hay una línea JR por lo que es válido el Japan Rail Pass.

Ya allí nos dirigimos a ver la famosa torii, se encuentra en medio del mar. Por lo visto cuando baja la marea te puedes acercar y hacerte una foto al lado. Nosotras la vimos cubierta por el agua. Había barcas para turistas que pasaban por debajo de la misma puerta. Nosotras continuamos a ver el Santuario, cuya entrada fueron 300 yenes.




Por esta zona también puedes encontrarte ciervos paseando libremente.


Después subimos al Monte Misen, puedes subir andando o en teleférico. Nosotras cogimos el teleférico de subida y bajamos andando. La subida en teleférico cuesta 1.000 yenes, y subida más bajada 1.800 yenes. Desde lo alto hay unas bonitas vistas de las islas colindantes. Para bajar puedes ir directamente al parque Momijidani o subir a la cumbre y bajar por una zona de templos. Nosotras elegimos la primera opción, aunque ya quedaba poco para llegar a la cima, hacía mucho calor y pegaba el sol muy fuerte, así que comenzamos una bajada que termina con un par de cascadas.



Habíamos pensado en comer en la isla, pero aunque había varios sitios, también había mucha cola. Por lo que decidimos irnos a la zona del hotel donde habíamos quedado con nuestro compañero. Él decidió visitar más a fondo Hiroshima en vez de venir a la isla.

Después de comer, cogimos el tren y nos dirigimos a Osaka. Fuimos al hotel dando un paseo para empaparnos un poco de la ciudad. Cruzamos la zona de Umeda, llena de impresionantes rascacielos.


En esta ciudad habíamos reservado un hotel cápsula, B&C Hotel Sunplay Inn Nagahori. No podíamos irnos de Japón sin probar esta experiencia. La verdad es que inicialmente, pensé que dormir ahí iba a ser claustrofóbico, pero sorprendentemente está bastante bien. El hotel estaba curioso, las taquillas para dejar el equipaje eran enanas, preparadas para dejar un par de trajes, no maletas o como en nuestro caso mochilas, así que nos quedamos con lo necesario y la mochila la bajamos a recepción. En el hotel te dan pijama y todo lo necesario para el aseo personal. Está claramente orientado a ejecutivos para que viajen con lo imprescindible. En la última planta había un onsen pero sólo para hombres. Por lo visto los baños de los hombres no tenían ningún tipo de privacidad, desde luego los de mujeres eran fabulosos.


Después de instalarnos nos fuimos a pasear por la zona de Dotombori, que estaba cerca del hotel. Es una zona con mucho ambiente, muy animada, llena de restaurantes y puestos de comida. Aunque era domingo, había mucha gente, ya que el lunes es fiesta por el equinocio de septiembre. Paseamos por el puente de Ebisu-bashi que la guía nos decía que recordaba a una escena de la película Blade Runner. También nos acercamos a ver el Templo Hozen-ji, un pequeño templo, donde se encuentra una estatua Fudo-myoo cubierta de musgo, los fieles le echan agua para mantener el musgo húmedo.



Cuando regresamos al hotel nos pasó algo muy raro. En el momento no lo entendimos y pasado el tiempo tampoco sabemos lo que ocurrió. El caso es que cuando regresamos de dar una vuelta por Osaka, al recoger la llave en recepción, el recepcionista le dio a uno de mis compañeros un ticket (como el que te genera un datáfono al pasar la tarjeta), con el precio, fecha y lugar de la última noche que habíamos estado en Kyoto. Nosotros pensamos que lo que nos quería decir es que no habíamos pagado, que nos acababan de hacer el cargo a la tarjeta y que nos estaba informando. La verdad es que los dos recepcionistas que había, no hablaban ni palabra de inglés, por lo que no entendíamos qué decían. Al final uno de ellos llamó al hostal al que se refería el ticket y hablamos con ellos, donde recordaban perfectamente que dos habíamos pagado en efectivo y uno con tarjeta. Le pedimos que se lo explicara al recepcionista y fin de la historia. Nos quedamos con el ticket. No sabemos qué ocurrió exactamente, tampoco cómo sabían dónde nos alojábamos, a parte de siguiendo la tarjeta o el nombre de la reserva y aquí seguimos, sin saber qué pasó.

Lunes 23 de septiembre


Hoy nos levantamos con la idea de ir al Acuario de la ciudad de Osaka. Alrededor del hotel no encontramos ningún restaurante para desayunar nuestro ya habitual desayuno estilo japonés. Con el ambiente de por la noche ya no se levanta ni el tato a abrir por la mañana L. Así que compramos un par de cosas en un supermercado y nos vamos dirección del Acuario.

En el metro hay que sacar el ticket en una máquina, esta vez no nos sirve el JR. Para ello, se introduce el dinero y seleccionas el importe del billete, tienes un panel encima de las máquinas donde se indica el precio del billete según la estación a la que te dirijas.

Al salir del metro, en seguida se divisa la noria gigante, dicen que es la más grande del mundo. Imagino que tiene unas vistas impresionantes.


Llegamos al Acuario donde hay una cola impresionante, no recordábamos que era fiesta en Japón, por lo que los padres han decidido llevar a los niños al acuario. Al principio es un poco agobiante, pero después la gente se dispersa. La principal atracción de este acuario es el tiburón ballena. El precio para entrar es de 2300 yenes.



Salimos del acuario y comimos por la zona, también muy saturada de gente.

Nos dirigimos a la galería comercial Doguya-Suji, donde puedes encontrar cualquier utensilio de cocina, cualquier objeto que hay en un restaurante. Desde luego si tienes idea de llevarte algún cuenco, palillos, o este tipo de recuerdos, este lugar es muy barato y tienen de todo y sino, es muy curioso de ver.

Como podéis comprobar ya estábamos un poco saturados de templos, en Osaka no visitamos ni uno. J

Nos vamos al hotel a recoger nuestras mochilas porque esta noche dormimos en Tokyo. Por comodidad, hemos reservado el mismo albergue en el que estuvimos las primeras noches. De camino al metro, entramos en Crysta Nagahori, que es un centro comercial subterráneo entre las estaciones de Yotsubashi a Nagahoribashi, a través de Shinsaibashi.

Martes 24 de Septiembre


Habíamos vuelto a Tokyo. Eso significaba que ya no nos quedaba nada para volver a casa L, pero aún teníamos pendientes algunas cosillas que ver en esta impresionante ciudad.

Empezamos la mañana visitando la línea Yurikamome, es una de las conexiones entre el centro y Odaiba. El precio es como en el metro, depende de la estación a la que viajes. Nosotros nos recorrimos la línea entera. Es muy curioso, porque es un tren que funciona con una especie de ruedas como de camión, no necesita conductor, está controlado por ordenador. Al no tener conductor, podemos sentarnos en primera fila y contemplar el paisaje de la ciudad y lo curiosas que son las vías. En este recorrido pudimos ver la Torre de Tokyo, basada en el diseño de la Torre Eiffel, incluso casi 10 metros más alta que la de París, hace funciones de antena, y los turistas acceden a ella para contemplar las vistas de la ciudad.




Después de dar una vuelta por los alrededores del Metropolitan Theatre de Tokyo y comer, nos dirigimos al Estadio para ver el campeonato de Sumo. Llevábamos todo el viaje esperando esto y no nos defraudó.

Eso sí, el combate es muy rápido, pero el ritual previo es bastante largo. Los rikishi (luchadores de sumo) se enjuagan la boca con agua, se secan el cuerpo con una toalla de papel y repiten el siguiente movimiento, levantan el brazo y la pierna para golpear el suelo, posteriormente echan sal al dohyo (ring). Todo esto tiene un significado, el agua purifica el cuerpo y la mente, los movimientos que realizan con el brazo y la pierna muestran respeto a los dioses y la sal les protege de lesiones.

Después de todo este ritual, los luchadores se colocan uno frente a otro, flexionando las piernas y mirándose a los ojos, parece que en breve se abalanzarán el uno sobre el otro, pero nooooo, los dos vuelven a la esquina y repiten de nuevo el proceso.








Después del campeonato de sumo. Anduvimos un rato por la ciudad para despedirnos de ella, puesto que al día siguiente volvíamos a casa.

Miércoles 25 de Septiembre


Este día no madrugamos demasiado puesto que el vuelo salía a media mañana. Aunque hay que tener en cuenta que se tarda aproximadamente hora y media al aeropuerto. Como la Japan Rail Pass era de 14 días y hoy era el día número 15, ya no nos servía, así que el camino más económico que encontramos para llegar al aeropuerto fue coger el tren JR hasta Nippori por 150 yenes y desde ahí un tren que te lleva directo al aeropuerto por 1.000 yenes.

Ya en el aeropuerto, antes de atravesar el control, estuvimos en un pequeño centro comercial dentro del mismo aeropuerto, donde compramos los regalos para llevar a amigos y familiares, ya que en todo el viaje no habíamos tenido oportunidad por la falta de espacio y el peso en las mochilas.

Así que después de las compras, cogimos un vuelo que nos llevaría a Madrid con una breve escala en Roma.

Y otras vacaciones terminadas... 




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